La filtración relacionada con el caso de la Suprema Corte de Estados Unidos de Dobbs v. Jackson La Organización para la Salud de la Mujer nos recuerda la necesidad urgente de oración y acción en este momento crucial en la historia de nuestro país.
Como católicos, nos preocupamos por cada niño por nacer y cada madre. Nuestra Iglesia ha testificado consistentemente en palabra y obra que la vida comienza en el momento de la concepción. Como compartieron los obispos en nuestra declaración Apoyando a las mamás necesitadas, nos comprometemos a “redoblar nuestros esfuerzos para acompañar a las mujeres y parejas que enfrentan embarazos inesperados o difíciles, y durante los primeros años de la paternidad, ofreciéndoles atención amorosa y compasiva a través de iniciativas como Walking with Moms in Need (Caminando con las Madres en Necesidad) y muchos otros”.
Al mismo tiempo, mientras esperamos la acción final de la Corte Suprema, instamos a todos a que intensifiquen su oración y ayuno para que la decisión de la corte produzca la revocación de Roe y Casey.
Dado el hecho científico de que una vida humana comienza en la concepción, la única norma moral necesaria para comprender la oposición de la Iglesia al aborto es el principio de que toda vida humana tiene una dignidad inherente y debe ser tratada con el respeto debido a una persona humana. Esto significa proteger el derecho inalienable a la vida del no nacido.
Esperamos y oramos por un cambio para que nuestras leyes permitan la protección de la vida inocente del niño por nacer en el útero.
Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros y guíanos.